A los 35 años, Maradona, que venía de agredir con un rifle comprimido a periodistas y de intentar, sin lograrlo, recuperar su mejor versión en Newell’s, acababa de salir de una sanción de 15 meses por dar positivo en el control al dopaje en el Mundial de Estados Unidos 94. En medio de escándalos, daba sus primeros pasos como DT.
A los 35 años, Pelé, que ya se había retirado una vez y había rechazado el llamado de Brasil para el Mundial de Alemania 1974, se había decidido por volver al fútbol debido a que estaba cerca de quedarse en bancarrota. La respuesta: jugar en las comodidades y excentricidades del New York Cosmos de Estados Unidos. Para a los 36 decir adiós para siempre.
A los 35 años, Cruyff acababa de regresar al Ajax, luego de ser un nómada de varios equipos del colchón de comodidad de los Estados Unidos.
A los 35 años, Ronaldo ya llevaba un año de retirado en el Corinthians. Ya su físico no daba más. Y Ronaldinho seguía sus aventuras: esta vez en el Querétaro de México, eso sí, con sus prioridades claras: la rumba y las mujeres.
Hoy, Cristiano Ronaldo cumple 35 años. Sigue en la élite, sigue en el más alto nivel, sigue brillando en la Juventus. Cuenta con una forma física impecable y el hambre de triunfar sigue tan intacta como el primer día. No deja de matarse entrenando. El tiempo es la factura más cara que tiene que pagar el ser humano y Cristiano ha desafiado la biología humana con su disciplina.
Uno de los mejores atletas de todos los tiempos: a nivel físico, pero sobre todo mental. La palabra que más repetimos: sigue. Sigue Cristiano.